Cuando pasé por la acera , apenas la percibí. Aquella pequeña fachada entrañable , no me hacía pensar que estaba ante una de las librerías más bonitas del mundo , aquella que tanto había admirado en la pantalla de mi ordenador.Y allí estaba la librería Lello , en Oporto. La decepción se esfumó al cruzar el umbral. Cientos , miles de libros en unas preciosas estanterías . La escalera de madera labrada en el centro del local protagoniza una especie de ascenso a un mundo diferente y cada peldaño me traía una historia, un poema un pensamiento..y mi cuerpo se impregnaba de las miles de huellas que también soñaron en aquellos escalones. Los libros, iluminados por la luz tamizada de color de la impresionante vidriera.Mis dedos paseaban por los libros entonando una sinfonía silenciosa. En un rinconcito , un pequeño sofá modernista , donde finalmente tomé asiento y dejé correr las lágrimas.
"Son cosas chiquitas. No acaban con la pobreza, no nos sacan del subdesarrollo, no socializan los medios de producción y de cambio, no expropian las cuevas de Alí Babá. Pero quizá desencadenen la alegría de hacer, y la traduzcan en actos. Y al fin y al cabo, actuar sobre la realidad y cambiarla, aunque sea un poquito, es la única manera de probar que la realidad es transformable." (Eduardo Galeano)
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